La Gioconda Estátriste








Dieciséis versos



La vida es un síndrome de Estocolmo,
te mantiene cautivo en su querencia
como si eso tuviese algún sentido;
de no ser por ello, esta misma noche
pondría a la venta mi vida entera,
la dejaría embargar por los bancos,
la sacaría a pública subasta,
hoy mismo la echaría a la basura,
total, está rota desde su inicio,
me la dieron sin garantía alguna,
me la estiraron como un chicle inútil
y a veces se me rompe entre los dedos.
Ese es el problema, es una tramposa,
una azucarada, una venenosa,
una corta y maldita golosina
y yo.. sólo una niña revoltosa.